Uno de los diseñadores a quienes más admiro, es
Mehdi Saeedi. No sólo por su excelente trabajo, acerca del cual ya he escrito antes aquí, sino por su cortísima edad: 27 años. Cuando conocí a
Rene Wanner y me preguntó mi edad -en ese entonces 22-, me dijo al instante: eres tan joven como Mehdi Saeedi. Sí, y a partir de ahí él se convirtió para mí en una especie de modelo, algo así como el hermano mayor a quien todos admiramos.
Los rasgos más importantes de su trabajo -además de su maestría conceptual y técnica- son, sin duda, su cultura y religión. Su ascendencia persa lo hace heredero del arte caligráfico islámico, el cual se basa en el Corán, el libro sagrado de los musulmanes, que recoge la herencia lingüística de la literatura árabe. Este libro es parte esencial de la cultura y la escritura arábiga, pues desde él se desarrollan los estilos caligráficos en todos los campos del arte islámico.
El estilo gráfico inconfundible de Saeedi, se basa en la figuración orgánica, es decir, el uso de caligrafía para formar representaciones humanas, animales, vegetales y objetuales. Esto es quizás un eco lejano de las antiguas prohibiciones acerca del uso de imágenes antropomórficas y zoomórficas en la decoración arquitectónica islámica, las cuales obligaban a los artistas a usar estas representaciones figurativas.
Aún tomando en cuenta nuestras diametrales diferencias -geográficas y culturales-, me atrevo a hacer una analogía entre las antiguas culturas persa y azteca: hoy día Mehdi sería un
tlacuilo. Los
tlacuilos eran los encargados de elaborar los manuscritos -códices-, y debían poseer aptitudes para el dibujo y la pintura, así como profundos conocimientos de su lengua. Se les llamaba
tlacuilos -término que procede del verbo náhuatl
tlacuiloa-, porque escribían pintando.
Su papel era muy importante, ya que tenían la función de perpetuar el saber.
Es precisamente esta perpetuación del saber lo que caracteriza a Saeedi. Pertenece a una joven generación de diseñadores iraníes que enaltecen su idiosincracia tradicional y la vuelven un foco de atención a los ojos del mundo, la registran en la Historia en un momento de duros cambios culturales a nivel mundial.
* El mundo es un espejo en el que todos pueden contemplar su propio rostro: William Thackeray
* Top of the world: Shonen Knife
* Este post originalmente iba acompañando al del aniversario del blog, pues Mehdi me mandó por email algunos de sus carteles al ver la nota que Rene Wanner hizo acerca del sitio. El fin de semana pasado recibí en mi casa de Puebla un catálogo de su obra. Wow. Thanks Mehdi!