Mi querido San Garnica, me removiste los escombros. Ese día estaba dando mi primera y última clase de teatro a un grupo de prepa. Justo cuando hablábamos de los mitos y los ritos, de los dioses y las ceremonias en honor del rayo, el trueno y los terremotos, se nos cayó la mitad del salón y el resto de la vida. Nunca más he vuelto a dar una clase de esas. Luego me exilié en la tierra de los cabros. Y todavía tiemblo por dentro. Gracias por evocar lo que fuimos alguna vez.
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Mi querido San Garnica, me removiste los escombros.
Ese día estaba dando mi primera y última clase de teatro a un grupo de prepa. Justo cuando hablábamos de los mitos y los ritos, de los dioses y las ceremonias en honor del rayo, el trueno y los terremotos, se nos cayó la mitad del salón y el resto de la vida.
Nunca más he vuelto a dar una clase de esas. Luego me exilié en la tierra de los cabros. Y todavía tiemblo por dentro.
Gracias por evocar lo que fuimos alguna vez.
Besos telúricos
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